Este relato forma de parte de una
carta que Laura Mora le escribió a Milagros Rivera a la vuelta de su
participación en el Encuentro femenino “Primum
Vivere” (5-7 de octubre de 2012).
“Querida Milagros:
Ha sido muy interesante el
encuentro y muy emocionante. No sé si te habrán llegado ya noticias de
cuántas mujeres fuimos para allá. Las cuatro organizadoras - de una
pequeña asociación de mujeres de Paestum- esperaban unas 250 mujeres y
aparecimos 800. Yo no conozco la intrahistoria pero, por lo que me contaron, ha
sido un esfuerzo de reencuentro de muchas mujeres que hacía siglos que no
compartían espacios. Y todas dentro del feminismo de la diferencia. Y con la
misma brújula de la pasión por la política.
Se organizó muy bien. No había ponentes ni charlas magistrales. Sólo se pidieron tres voluntarias para tres micrófonos, que se movieran por el inmeso auditorio. Y así fue. Y las palabras fueron tantas que se acabó reduciendo el tiempo de intervención de5 a
3 minutos, al cabo de los cuales había una organizadora con un reloj -de
esos de medir los minutos para los huevos duros- y una castañuela, que sonaba
inmisericorde si alguien se pasaba de tiempo.
Para mí, ha sido una verdadera experiencia de "pensar en presencia", como he aprendido de Chiara Zamboni (que también estaba). No ha sido del estilo de nuestros talleres donde cada medio segundo sientes que hay pensamiento original de una maestra en el aire. Pero sí un encuentro en el que tanta palabra de mujeres libres y diferentes me ha llevado a darme cuenta "en su presencia" de algunas cosas importantes. Estaban Luisa Muraro y Lia Cigarini. Con Lia, fuimos Lola y yo por la tarde al trabajo en grupos (de unas 60-70 mujeres). Y estuvo interesante. También ví a Clara Jourdan, a Anna Maria Piussi, Lea Melandri -que me parece que fue el alma mater del encuentro junto con las organizadoras locales-, Maria Luisa Boccia, las compañeras de Diottima, las del Gruppo Lavoro... la gran Pat Carra, que dibujó in situ algunas viñetas absolutamente oportunas y graciosas.
Se organizó muy bien. No había ponentes ni charlas magistrales. Sólo se pidieron tres voluntarias para tres micrófonos, que se movieran por el inmeso auditorio. Y así fue. Y las palabras fueron tantas que se acabó reduciendo el tiempo de intervención de
Para mí, ha sido una verdadera experiencia de "pensar en presencia", como he aprendido de Chiara Zamboni (que también estaba). No ha sido del estilo de nuestros talleres donde cada medio segundo sientes que hay pensamiento original de una maestra en el aire. Pero sí un encuentro en el que tanta palabra de mujeres libres y diferentes me ha llevado a darme cuenta "en su presencia" de algunas cosas importantes. Estaban Luisa Muraro y Lia Cigarini. Con Lia, fuimos Lola y yo por la tarde al trabajo en grupos (de unas 60-70 mujeres). Y estuvo interesante. También ví a Clara Jourdan, a Anna Maria Piussi, Lea Melandri -que me parece que fue el alma mater del encuentro junto con las organizadoras locales-, Maria Luisa Boccia, las compañeras de Diottima, las del Gruppo Lavoro... la gran Pat Carra, que dibujó in situ algunas viñetas absolutamente oportunas y graciosas.
Había muchas mujeres jóvenes y
para mí -que me hallo en las tierras medias- fue especialmente interesante lo
que yo entendí como una demanda de ellas a las mayores al hablar todo el rato
de "precariedad" laboral. Una demanda de ayuda, de palabras, de...,
aunque pudiera sonar como simplemente una queja tras otra. Arrojaron a las
demás constantemente su condición de precarias. Como dice Lia, es que
faltan aún muchas palabras para el relato del trabajo en femenino y de las más
jóvenes, ni te cuento.
Me gustó el punto en el que se está de intentar salvar por fin la dualidad entre política primera, sí ; segunda, no. Si es que estamos en todas partes. Fue un poco tedioso el discurso de la paridad, del 50/50, pero creo que se consiguió en algún momento salir del bucle.
Y, desde luego, de lo que me he dado cuenta es de que no por llegar más tarde, se está más retrasada en el pensamiento y la práctica política. Unas heredamos de otras -casi por ósmosis...pero con relación, necesidad y pasión política- lo que esas otras han avanzado ya. Y para muchas de nosotras el camino está siendo más fácil dentro de la complicación de cada vida y del tiempo presente. Hay muchos caminos ya abiertos. Por cierto, el último libro de Luisa Muraro, el de la violencia (Dio è violent), me parece espectacular. La resignificación de la violencia, de la fuerza de cada una llevada al límite si es preciso. Y tan oportuno en este momento.
Y más cosas, pero ésas te las
contaré en otro momento. “